Armar de nuevo

Traducir el amor a una melodía. Resetear mi mente, y mi corazón cuidarlo un poco mas, avivarlo un poco mas.

Pensar en todo lo que pasó y ver que después de todo, algo maduré.

Verla a ella, y saber que jamás le importé. Desapareció y ni siquiera fue agradecida.

Quizás así funcionen también el resto de las cosas.

Las personas como llegan se van.

Algunas dejan huellas que jamás se van a borrar. Ni con todas las olas del mar, aunque el viento sople fuerte y ruegues que se lleve consigo todo todo… van a seguir estando ahí.

Porque cuando la corriente parece llevarse el recuerdo mas borroso que tenes de ellas,
Vuelve; o miras una foto. Y pensàs en esa persona y quizás (con algo de suerte) sonreís.

Algunas partidas hacen bien, otras no tanto.

Pero igual te reís de lo que ayer te hacia sufrir.





Las fotografías congelan personas. Congelan momentos.
Casi como mi corazón, que se congeló un poco después de ver a tantos partir.